domingo, 13 de mayo de 2012

Kensington Trackball Orbit with scroll

Pues el otro día me llegó mi nuevo cacharro:


¡¡ Sí !! ¡Es un trackball!

La verdad que ahora ya no se suelen utilizar casi nada, pero son un dispositivo realmente cómodo y fácil de usar. Y no sólo eso, sino que previene el síndrome del tunel carpiano, que para los que nos pasamos tantas horas en el ordenador no es ninguna tontería.

Ya pondré un post más largo para comentar impresiones, porque de momento sólo llevo un par de días con el cacharro.

Sólo comentar que estuve entre estos dos antes de comprarlo:


Al final descarté uno porque me parecía más incómodo el dedo pulgar para manejarlo (usuarios hablan de adaptación de un mes) y el otro porque no tiene ninguna forma fácil de hacer scroll.

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Qué es la obsolescencia programada?

Sacado de la wikipedia:


Se denomina obsolescencia programada u obsolescencia planificada a la determinación, la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que —tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa de servicios durante la fase de diseño de dicho producto o servicio— éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.


En cristiano, quiere decir lo que todos sabemos, que cuando al móvil se le acaba la garantía, se rompe, y el fabricante así lo quiere.

A casi todo el mundo en los últimos 3 ó 4 años se le ha dado el caso en que se ha roto un electrodoméstico típico, es decir lavadora, nevera, tostador, plancha, o lo que sea. Y curiosamente la abuela lleva con ese mismo electrodoméstico treinta años y no ha fallado. ¿Que coño pasa? ¿Me han timado? Pues con la ley en la mano no te han timado, el fabricante te ha dado una garantía de dos años, que el aparato los ha cumplido perfectamente, y a partir de ahí ha tenido un periodo de gracia.

¿Es legal? Sí. ¿Es ético? La mayoría creemos que no.

Por chocante que nos pueda parecer, este no es un concepto nuevo, la obsolescencia programada lleva investigándose desde la década de 1920, cuando ya los fabricantes se dieron cuenta que si fabricaban algo que durara 40 años, iban a estar ese tiempo sin que les compraran un aparato nuevo. Esto no es cierto, muchas veces el sustituir un equipo no tiene que ver solamente con que no funcione, sino que también se hace por razones estéticas, nuevas características, adecuación de nuevas necesidades...
Eso sin contar que cualquier cosa aunque funcione bien, necesita mantenimiento.

Un par de ejemplos

En California hay un parque de bomberos en el que la misma bombilla lleva encendida 111 años. Esto demuestra que se pueden hacer las cosas bien. Aunque hay otros ejemplos por el mundo, esta es la bombilla más lóngeva que hay.

Un ejemplo cercano, y que a mucha gente le podrá fastidiar: Apple
Hace 7 u 8 años fabricaba equipos de una calidad asombrosa, muy por encima del resto de fabricantes, pero hace poco ha tenido un bajón de calidad que ha hecho mella entre los que conocían al mac desde hace más de un lustro. Justo desde la salida del iPhone y la masificación de la compañía, da la impresión de que se ha bajado la calidad. ¿Sacrificio para satisfacer demanda o programación malvada?
Y esto no viene al azar, el botón home de mi iPhone y el de mi novia (hola cariño ;)) han empezado a fallar con una diferencia de un mes, justo el tiempo de compra que los separó y asombrosamente precisos a los 28 meses desde que lo tenemos. ¿Coincidencia?

Movimiento SOP


Es un movimiento surgido como protesta a la obsolescencia programada. Animo a todo el mundo a que se haga fan en facebook =)


Si os habeis quedado con ganas de más, aquí hay un documental fantástico:



Hay más información aquí. Recomendable leer.

domingo, 6 de mayo de 2012

Crowdfunding y una idea millonaria: Pebble

Lo primero hay que explicar qué es el crowdfunding (o financiación en masa en castellano).

El concepto es muy simple, tú tienes una idea que crees que es genial -y puede que lo sea-, pero no tienes dinero para desarrollarla, o tienes algo pero no lo suficiente. Una solución típica sería salir en busca de inversores, bien sean bancos, conocidos o gente que se dedica a estos menesteres. Una vez que tengas el dinero, desarrollas la idea y si va bien, te toca repartir el pastel.

Aunque este enfoque es totalmente válido, durante los últimos tiempos han aparecido ciertas páginas en internet (como por ejemplo kickstarter) que lo que hacen es poner en contacto al visionario con la gente que va a comprar esa idea, es decir, directamente con el cliente final.
Así, el cliente final puede comprar el producto antes de que salga a la venta, antes incluso de que exista más que un prototipo, ayudando a la financiación inicial, y normalmente a cambio de algún descuento o ventaja.

Con esta forma de financiación se consigue que el éxito de la idea revierta tanto en el propio creador (no ha de repartir beneficios) como en los clientes (obtienen una ventaja).


Uno de los últimos éxitos relativos a este tipo de financiación ha sido el reloj Pebble, el cual lleva recaudados más de ocho millones de dólares de una búsqueda inicial de dinero de 100.000$. Es decir, ¡llevan más de ochenta veces la cantidad que necesitaban para empezar la idea!

Dicho reloj se compone de una pantalla de tinta electrónica con un refresco muy elevado y un módulo para comunicación y control con el teléfono móvil. Además de eso se facilitará un SDK (kit de desarrollo) para que todo el que esté interesado pueda crear aplicaciones para el dispositivo.

Los mejores ejemplos se pueden ver en la propia página web del producto en kickstarter, pero aviso, si lo veis vais a querer uno. Yo sólo tengo que decidir el color.